miércoles, 18 de marzo de 2015

Los cominos del aikido

Bienvenidos a mi blog personal, donde voy a hablar y relatar todos mis conocimientos sobre el aikido

Irena Sendler, mi premio a la trabajadora por la Paz (el Nobel se lo dieron a Al Gore por un bonito video)

Por un correo que me llega en el que piden que ella fuera la verdadera premio Nobel de la paz y no Al Gore, al que por cierto, por presentar su bonito video en Sevilla le pagaron casi 600.000 euros, que seguro el invertira en el bien del planeta.
Irena Sendler
Irena Sendler o Sendlerowa (Varsovia, 15 de febrero de 1910 - Ibídem, 12 de mayo de 2008), conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia», fue una enfermera polaca que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de dos mil quinientos niños judíos con riesgo de su vida. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque finalmente no resultó elegida.
 La madre de los niños del Holocausto

«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad.»

Irena Sendler, quien salvó a 2.500 niños del Ghetto de Varsovia.

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.



En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. Ella misma lo cuenta: "Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto.
Cuando Irena caminaba por las calles del gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David, como signo de solidaridad y para no llamar la atención sobre sí misma. Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.

A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.



Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en vos confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

En 1943, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio los chicos que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se los envió a Palestina.
Los niños sólo conocían a Irena por su nombre clave "Jolanta". Pero años más tarde, cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: "Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto." Y así comenzó a recibir muchas llamadas y reconocimientos.

En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.
En noviembre de 2003 el presidente de la República, Aleksander Kwasniewski, le otorgó la más alta distinción civil de Polonia: la Orden del Águila Blanca. Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, una de las niñas salvadas, "la niña de la cuchara de plata".
En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa fue del Presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel —a través de su primer ministro, Ehud Ólmert— y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel. Las autoridades de Oświęcim (Auschwitz en alemán) expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria. Finalmente el galardón fue concedido a Al Gore.




Falleció en Varsovia (Polonia), el 12 de mayo de 2008 a los 98 años de edad.
La vida de esta heroína ha sido llevada a la pequeña pantalla por la CBS en The Courageous Heart of Irena Sendler, donde ha sido interpretada por la ganadora de un Oscar Anna Paquin.

Carta de un controlador

Supuesta carta de un controlador áereo, no si si sera verdad o no, tampoco quiero dar a entender que no sean lo que todo el mundo piensan que son.
Para mi,son unos caraduras,irresponsables y sobre todo pardillos por meterse en una guerra que no podían ganar y espero que no salgan de rositas,como suele pasar en este pais y a la vez que tampoco sean injustos con ellos y hagan lo que no hacen ni con los más delicuentes,no, simplemente lo justo.
Pero esto no quiere decir que sean los demonios que nos hacen creer que son y esto lo hagan por que son muy malossss, casi diabolicosss.
No, no me lo creo. Y creo mucho menos a este gobierno y al 4º poder que es siempre interesado y esta al servicio de sus intereses tanto políticos como económicos.
Y lo que si que tengo claro es que esto le ha venido al gobierno que ni pintando para mostrar una imagen de fuerza que era imposible de mostrar con sus ultimas actuaciones.
Repito, justicia,si.Linchamiento publico,no,utilizar a los controladores para limpiar la imagen del gobierno,no.
Pero como siempre existen varias verdades



Carta publicada en el blog Rincón Hamijo


Queridos amigos y familiares:

Me dirijo a vosotros porque no puedo permanecer impasible ante la ola de difamaciones y mentiras que se está produciendo en las últimas semanas contra los controladores aéreos (ATC).
Todos o casi todos habréis escuchado en la radio o visto en la tele las declaraciones del Ministro de Fomento José Blanco, en las que manifestaba que “el controlador que menos cobra, percibió el año pasado 370.000 euros”. Esto es rotundamente falso.
Ni siquiera se acerca a la realidad. Yo, que no soy ni por asomo de los que menos cobra, no llegué ni a la cuarta parte de esa cantidad.
Y los que menos cobran, cobraron unos 50.000 EUR (ojo, que no digo que sea poco, es un sueldazo, pero ni de lejos lo que afirmó el ministro).
Lo peor es que esas declaraciones, hechas con la peor intención, es que incluso ponen en peligro la integridad física de mis compañeros.
Los que viven en el País Vasco, por ejemplo. No hace falta que os explique el tipo de cartas que ETA envía allí a los millonarios. También los del resto de España quedamos expuestos a secuestros express, robos en casa, etc.

A esto se une la salvaje campaña mediática que Aena y el gobierno están llevando a cabo (con la inestimable ayuda de numerosos “periodistas” que demuestran un absoluto desconocimiento del tema) para criminalizarnos y echarnos a la opinión pública encima.
Por otro lado, se nos acusa (y todos los medios lo dan por cierto sin ni siquiera contrastar la formación) de estar llevando a cabo una “huelga encubierta”. También es rotundamente falso.

El origen del problema es el siguiente:
Desde el año 2000, en el que el tráfico aéreo comenzó a experimentar un notable ascenso año tras año, el USCA (sindicato que representa a más del 95% de los controladores) ha solicitado a Aena que formara nuevos controladores porque no había suficientes para gestionar tanto tráfico. Aena fue formando controladores con cuentagotas, a ritmo mucho menor que el necesario (de hecho, a un ritmo menor que el de jubilaciones y bajas por fallecimiento u otras causas), con lo cual el problema no hacía más que agudizarse. Se llegó a un punto crítico en el que el USCA propuso a Aena acabar con el problema ofreciendo una ampliación de jornada (es decir, trabajar más días) de toda la plantilla. A efectos prácticos, por ejemplo, en Fuerteventura acordamos trabajar 48 horas más todos los meses. Estas horas, lógicamente, se abonan a mayor importe que las ordinarias.
El problema se solucionó temporalmente, pero el USCA seguía insistiendo en que era una solución transitoria y que hacía falta más personal, a pesar de que, gracias a la ampliación de jornada, nuestros sueldos se habían incrementado notablemente. Pasaron los años y Aena seguía sin formar suficientes controladores, y pagando la ampliación de jornada en época de bonanza económica. Llegó un momento en que ni siquiera con la ampliación de jornada se cubrían los servicios necesarios, por lo que Aena comenzó a ofertar horas extra que los controladores podían aceptar voluntariamente.

En las dependencias grandes, para que pudiera gestionarse todo el tráfico, el personal disponible empezó a trabajar muchas más horas que la jornada ordinaria, disparándose los sueldos. USCA seguía insistiendo en la falta de personal, y a Aena parecía no importarle, a pesar de que la carga salarial comenzaba a ser un lastre económico importante.

A todo esto se sumó la inversión multimillonaria en aeropuertos deficitarios que se creaban por motivos exclusivamente políticos (La Rioja, Lleida, Huesca, Burgos, Córdoba, Granada, León, Vigo...) y en infraestructuras faraónicas en los grandes aeropuertos.
Y llegó la crisis. El tráfico aéreo bajó y, por lo tanto, bajó el importe recaudado en concepto de tasas.
Por cierto, nuestro sueldo sale de esas tasas, al contrario de lo que se ha dicho en los medios, que han llegado a decir que somos funcionarios. NO somos funcionarios, y nuestro sueldo NO procede de las arcas del Estado ni de los impuestos de los españoles. Proviene de las tasas recaudadas por Aena (las famosas tasas que pagamos todos cuando volamos). Para ser más exacto, cada pasajero paga unos 4 euros de tasas destinados a nuestros sueldos.

Al bajar los ingresos, Aena “de repente” se da cuenta de que la carga salarial se ha convertido en un lastre que amenaza su viabilidad (lo que el USCA llevaba años advirtiendo) . Y, lejos de empezar a formar a más controladores, ha decidido tomar unas medidas desesperadas que, en algunos casos, supondrán una merma en la seguridad:

- Reducir de forma unilateral la dotación de personal en cada servicio. Para poner un ejemplo, en

Fuerteventura, antes nombraba a 3 ATC por turno, y ahora nombra a 2. Es decir, el trabajo que antes hacíamos 3, ahora lo hacemos 2. Consecuencia: los sábados (día punta en Fuerte) estamos hasta arriba y a veces no podemos tomar el descanso reglamentario (que es obligatorio) . El otro día en Barajas, de turno sólo había 18 nombrados, cuando el año pasado había 25. Lo mismo ha ocurrido en el resto de las dependencias. Es inevitable que esto produzca retrasos, porque lo primero es la seguridad.

- Presionar al colectivo con medidas coercitivas como expedientar sistemáticamente a compañeros por solicitar regulaciones de tráfico, amenazar a los delegados sindicales por desempeñar su labor, obligarnos a fichar y a firmar hojas de registro cada vez que nos levantamos para ir al servicio, ignorar todas las cartas que se les remiten, cometer errores en las nóminas...

- Reducir drásticamente, mediante Real Decreto, los requisitos necesarios para el acceso a la profesión. Antes había que tener un título universitario, ser español y un alto nivel de inglés, además de pasar todas las pruebas pertinentes. Ahora será suficiente con tener 18 años y el bachillerato, y no hay que ser español (ni siquiera dominar el castellano, con nivel 4 de 6 es suficiente.) . El curso de formación se ha reducido de 22 a 3 meses.. Antes éramos un ejemplo mundial de selección, preparación y formación de ATC, ahora estamos a la cola de Europa.

- También, mediante Real Decreto, crear un cuerpo aparte, denominados “informadores AFIS” para sustituir a los ATC en los aeropuertos con menos de 50.000 movimientos al año. Estos informadores, cuya formación dura la friolera de 7 semanas, no podrán dar control y se limitarán a informar a los aviones sobre la meteorología, sobre si la pista parece libre y cuatro cosas más. Las aeronaves tendrán que separarse entre ellas. Este sistema existe en Europa en aeropuertos locales en los que rara vez se juntan 2 aviones (e incluso así hay un amplio historial de accidentes por falta de control aéreo) pero en aeropuertos con más tráfico es una auténtica temeridad.

En Fuerteventura (46.000 movimientos en 2008) a veces tenemos 10 aviones o más a la vez en frecuencia.
¿Os imagináis lo que ocurrirá si nadie los controla? En los aeropuertos del norte de España, con tormentas, niebla... aunque haya menos tráfico, ¿cómo se van a separar los aviones?

- Iniciar una campaña mediática para criminalizarnos como colectivo, acusándonos de realizar una huelga encubierta y mintiendo respecto a nuestras retribuciones, en el contexto de una grave crisis que no saben cómo atajar y recurriendo a la recuperación de la lucha de clases como argumento, sabiendo que España es el país de la envidia y la meritofobia. “Mirad estos privilegiados, haciendo huelga cuando cobran un pastón, no trabajan nada y con 4 millones de parados.¡No hay derecho! ¡Pueblo, alzaos contra ellos!”. Y además nos echan en cara que cobremos lo que ellos mismos eligieron pagarnos. Es decir, te ofrecen horas extra para a continuación quejarse de lo que cobras.

Ante semejante cara dura, ahora la respuesta lógica de cualquier ATC cuando Aena le ofrece una extra es “no te preocupes, que te voy a ahorrar costes: la extra que la haga tu madre”. Y en eso se basa el gobierno para acusarnos de huelga.

A todo esto, en Canarias se ha sumado el factor de que es temporada alta y que ha habido problemas meteorológicos, pero claro, para los medios es más fácil titular “por la huelga de controladores”. En la prensa canaria de estos días han aparecido perlas como “Los controladores viven como marqueses” (titular en primera página a 4 columnas en La Provincia) amén de toda una serie de disparates que harían sonrojar a cualquiera que tenga una mínima idea de aviación. Me da terror ver la absoluta desinformació n con la que vivimos y comprobar que la información (el poder) está en manos de los menos preparados.. .

En fin. Todos sabéis lo que he tenido que pasar para llegar a ser ATC.

Para los de memoria débil, os lo recuerdo:

- En 2001 aprobé las oposiciones. Para 150 plazas se presentaron 12.000 personas.

Las oposiciones consistieron en diversas pruebas (sucesivamente eliminatorias) de tests psicotécnicos, tests psicológicos, prueba de conocimientos aeronáuticos, prueba de conocimientos de inglés,entrevista con psicólogo, entrevista en inglés y entrevista personal.
- Una vez aprobadas dichas pruebas, tuve que pasar un exhaustivo reconocimiento médico, similar al que pasan los pilotos. Este reconocimiento tengo que pasarlo todos los años mientras esté en activo.
- Pasado el reconocimiento, tuve que esperar 4 años a que me llamaran para empezar el curso.
- El curso de formación duró 2 años, era eliminatorio en cualquier momento (hubo compañeros expulsados el último día), requería dedicación completa y se recibía la astronómica cifra de 90 EUR al mes como “compensación económica”. Los más cercanos ya sabéis la extraordinaria presión a la que te ves sometido durante todo el curso.
- Después de aprobar el curso, tuve que volver a pasar el reconocimiento médico.
- Tras esto, Aena nos asignó los destinos (nosotros NO los elegimos).
- Una vez incorporado a mi destino, tuve que pasar un período de instrucción de 3 meses (también eliminatorio) a fin de obtener la habilitación.
- En junio de 2007 por fin comencé a trabajar como Controlador Aéreo, con turnos de 12 horas con alternancia de Día/Noche. En mi primer destino tengo que permanecer un mínimo de 3 años para tener derecho a solicitar cambio de destino (cuando salga el concurso pertinente). En la práctica suelen ser unos 5 años los que transcurren hasta que puedes cambiarte. En 2009 he trabajado 1788 horas, con un sueldo que considero totalmente merecido por todo lo mencionado anteriormente. A pesar de todo soy consciente de que soy un privilegiado y todos los días doy gracias por haberlo conseguido.

Esto es todo lo que quería deciros. Perdonad el rollo, pero no puedo consentir que mis allegados tengan una imagen totalmente errónea de mi trabajo y mi colectivo profesional. Me gustaría que si tenéis cualquier duda no dudéis en preguntarme.

Y aunque ni remotamente gane lo que dice José Blanco, estaré encantado de invitaros a unas cañas cuando nos veamos.